viernes, julio 29, 2005

"Parecería que no hay espacio público, sino tierra de nadie a disposición del primero que se la apropie", Víctor Zavalía

1- ¿Como definiría hoy el concepto de espacio público?
Es todo espacio en el que las acciones que se ejercen afectan a personas diferentes de quien eventualmente posee su dominio.

2- ¿Que cambios se perciben en el después de la crisis del año 2001?
Una primera fase de explosión de manifestaciones de pobreza que habían comenzado antes (1998/99?).
Una segunda en la que todos parecimos acostumbrarnos al paisaje de cartoneros y mendigos.
Un boom de turismo extranjero (y no sólo). También la irrupción de un nuevo grupo de turistas muy interesados en los aspectos sociales y culturales.
La fase actual de resurgimiento económico, con algunas zonas que me parecen más prósperas que antes de la crisis. No sólo Palermo Viejo sino también, p. ej. la zona de Congreso que estaba muy deteriorada.

3- ¿Cuál es el rol de las instituciones en el espacio público hoy ?
El primero, existir. Parecería que no hay espacio público, sino tierra de nadie a disposición del primero que se la apropie o tenga mayor capacidad de violencia; desde restaurantes finos hasta cuidacoches con tarifa trucha. El que dispone de menor capacidad de violencia es el Estado.

4- ¿Que fenómeno urbano emergente de estos últimos cinco años le parece relevante?
Me parece muy curioso y de solución extremadamente compleja el de los paseaperros. Con la crisis, este servicio se volvió relativamente muy barato y extendido, de modo que un vasto sector de clase media puede, sin mayores molestias, darse el lujo de tener perro, aunque viva en un depto de 2 ambientes. La densidad de perros en la ciudad aumentó de manera muy notable, y también los problemas. Un paseo por Palermo cualquier mañana de día hábil ofrece un panorama un tanto alucinante. Las manadas de perros atados a sogas largas se extienden a lo largo de los paseos. Son llevados a pie y también en vehículos de todo pelaje, desde colectivos desvencijados hasta kombis vip y remolques cerrados por alambre tejido. Algunos ofrecen en su cartelería –ytambién en sitios web- “paseos por los bosques de Palermo”. Son numerosas las escenas violentas entre paseaperros y gimnastas matinales, que ya no disponen del sitio amable y tranquilo al que estaban acostumbrados. En suma, algunos parques de la ciudad se han convertido en un gran cagadero de perros al aire libre.
Pero ocurre que detrás de la mascota individual hay toda una industria, con intereses y, sobre todo, bastante gente ocupada. ¿Cómo se desmonta esa industria?
El otro fenómeno es la rapidez (¿y sigilo?) con que se está encarando la ampliación del Aeroparque, un verdadero despropósito urbano, al que Ibarra se oponía en sus tiempos de campaña. Parece que es un negocio demasiado grande para dejárselo a los muchachos de la provincia.

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